jueves, 28 de agosto de 2008

LA MUERTE: SEGUNDA PARTE DE LA VIDA

Es la vida un regalo tan complejo y lleno de cosas tanto buenas, como malas, que muchas veces dentro de ella, el ser humano se detiene a formularse interrogantes tan comunes y trascendentales como: ¿Estoy aprovechando esta oportunidad que Dios me dio, como debe ser?, ¿Estoy haciendo lo suficiente para que los demás sean felices?, en fin, existen razones fundamentales para que se valore la vida como un proceso en el cual se aprende y se madura en proporción de las innumerables acciones que se hacen dentro de ella. La importancia de esta reflexión, radica en que todos esos interrogantes que nos planteamos en nuestro existir, nos preparan para un momento al que quizá nadie quiere llegar, la Muerte.

Partamos desde el conocimiento fundamental de la misma, como una etapa en la cual los órganos que le dan vitalidad al cuerpo (corazón, pulmones, hígado, cerebro, entre otros) dejan de funcionar, muchas veces ocasionado esto por la vejez, mala alimentación, actos violentos contra ellos o, simplemente, descuido de su participación dentro del organismo.

Es un concepto que ha tomado fuerza últimamente y que se ha visto ampliado en cuanto a sus formas de ser provocada: ahora, con el debate sobre el aborto, la muerte ha sido ‘víctima’ de múltiples tapujos y leyes renovadas; además, el suicidio, que ha manifestado un crecimiento increíble de sus estadísticas, no sólo locales sino mundiales; el incremento de la violencia en países que no acostumbraba a tener este tipo de hechos; la aparición de enfermedades misteriosas y con una capacidad grande de destrucción como el SIDA y el famoso virus H5N1 (Gripe aviar), entre muchos ejemplos de igual trascendencia.

Para analizar los alcances y los “daños sicológicos” que puede llegar a tener la Muerte, se han elegido algunos parámetros básicos que son: La muerte de gente famosa, de gente conocida, la muerte en la familia, en otros seres vivos y situaciones básicas en la vida personal (esta es, en gran parte, cuestión de subjetividad), y problemas actuales que la involucran:

-La muerte en gente que ha obtenido gran acogida popular: Es el hecho de reconocer la partida de una persona que ha estimulado cambios drásticos en la conciencia y en la situación de determinada región, o que, de una u otra forma, ha dejado una marca y un estilo propio en la mente de quienes disfrutaron de ello. La gente es movida por un sentimiento, que a pesar de no ser tan cercano, le lleva a “condolerse” indirectamente con la familia o los amigos de quien sufrió mencionado percance.

-La muerte de gente con la que se tenían diversos niveles de confianza: En dicho momento, entra a jugar más la afectividad, ya que se trata de asimilar difícilmente la ausencia de una persona con la que se alcanzó a compartir alguna parte de la vida, y es ahí donde frecuenta la añoranza.

-La muerte de un integrante de la propia familia: Es la clase de muerte que más puede afectar a un ser humano, ya que al ver en tal estado a personas claves para su crecimiento, como lo son el papá, la mamá, los abuelos y los hermanos, deja, en la mayoría de las ocasiones, un sentimiento de culpa o de resentimiento con Dios, cuando se ha quitado la vida de un ser que, como ya se dijo, influyó enormemente en la vida de quien reclama.

-Pero reflexionemos, ¿qué pasa cuando la muerte llega a un ser vivo, no necesariamente humano? Es un punto que se torna complicado, porque si comprendemos, un ser humano (a comparación de un animal) tiene sentimientos que puede demostrar y tiene palabras que puede decir en caso de alguna necesidad específica. El punto principal del problema radica en que los animales y las plantas, mayoritariamente los primeros, al ser domesticados, se integran rápidamente con los seres humanos al ser estos quienes les brindan toda la protección y alimentación que requieren, generando allí un vínculo muy corto que involucra sentimientos que, sin importar su incapacidad de expresión, llegan a generar cariño de parte de los amos.

-En cuanto a la ‘muerte’ de situaciones significativas en la vida de una persona -que entra con una carga de subjetividad pura- se pueden contar todas aquellas en las que esta se vuelve integrante de un ciclo en el que todos los hechos que tengan que ver durante dicho período de tiempo, sean vistos como la realización de un anhelo o de una actividad de gran valor para cumplir ciertas etapas de la existencia. Como ejemplos están: El fin de año, caracterizado por el afán de aprobar un grado o un semestre; las vacaciones, que traen inmensa tristeza con su finalización, por el hecho de regresar a la vida normal; la participación en cualquier concurso, que deja la amargura por no haber sacado el máximo provecho de tal oportunidad; la ruptura de los lazos con un ser querido, que ocasiona en muchas veces, el suicidio o daños a terceros (que se presenta con gran frecuencia en el noviazgo).

Un último problema que tiene gran relación con la muerte, es la ‘puesta en marcha’ de un proceso tecnológico criticado ampliamente: La EUTANASIA, que revive los debates éticos y morales entre la medicina y la religión. Es un procedimiento que consiste en que si, después del padecimiento de una enfermedad terminal o de sanación imposible, el paciente no ha respondido de una manera satisfactoria a la operación que se le ha practicado, este sea desconectado de las máquinas que lo mantienen con los recursos básicos para la recuperación de su vitalidad - previo permiso de algún familiar-. Es allí donde la religión interviene a favor de la vida del enfermo y argumenta el poder únicamente de Dios para dar y quitar la vida de un ser humano, como creación propia.

En realidad, después de esta reseña, queda la invitación a que no siempre debamos angustiarnos cuando se oiga la palabra muerte, ya que esta hace parte de la vida y a la final, todos podremos sufrirla en el momento menos esperado, haciendo eco en que, sin importar cómo haya sido nuestra vida -sólo si tomamos conciencia de que fue con esmero y con interés de hacer las cosas bien- y sin discutir profundamente por creencia alguna, quedaremos en paz eternamente y en iguales condiciones, con nuestro único Creador.

No hay comentarios: