martes, 13 de abril de 2010

VIVIR LA SEXUALIDAD PASO A PASO

Este es un trabajo académico, de tipo ensayístico, elaborado para la clase de Educación Sexual de 8º semestre de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad del Tolima.
Una cosa es iniciar a construir una serie de rasgos en la vida sexual desde que se nace; otra, muy distinta, es iniciar desde que se nace pero con las circunstancias (comportamientos, compañeros(as), prácticas, escenarios, momentos) incorrectas. Esto es, al menos, lo que se vislumbra al interpretar la teoría de Helen Kaplan que se afianza en el desarrollo psicosexual del ser humano desde que da sus primeros pasos.

El punto de partida de este ensayo es el reconocimiento de las diversas etapas que esta profesional estadounidense manifiesta en su teoría antes mencionada, puestas en marcha durante la película ‘El lector’, dirigida por Stephen Daldry. Allí se relata la historia de un joven alemán (Michael Berg) que, a sus 15 años, se involucra sexualmente con una mujer que supera casi tres veces su edad.

"La sexualidad adulta es el resultado final del largo y natural proceso de desarrollo que se inicia en el nacimiento. Crecer supone aprender y practicar, hacer pruebas y cometer errores en todos los terrenos. Para desarrollar habilidad y seguridad en cualquier campo, se ha de permitir al joven que ensaye la actividad en forma de juego y de fantasía". Con estas observaciones de Helen Kaplan se demuestra que, tal como ocurre en el filme, Michael ‘quema’ etapas de su desarrollo sexual, reflejado en los encuentros que, producto de una coincidencia, empìeza a sostener con Hanna, la protagonista.

Hanna es, como se había dicho, un personaje no deseable como punto de partida del despertar de la sexualidad que Michael tuvo desde lo meramente físico. Mientras observaba la película en el salón de clase, dije en son de broma que el joven debía primero, al menos, saludar a Hanna antes de tener su encuentro a plenitud; es, no obstante, el comportamiento que se muestra allí. La necesidad es cada vez mayor por tener una actividad que, después, ella modificó al pedir a Michael que le leyera algo de lo que él aprendía todos los días en el colegio y luego pasaran a sostener una relación sexual.

Es una necesidad que, poco a poco, poro a poro, va convirtiéndose en obsesión, pues muy seguramente la formación en su hogar no fue la adecuada. Dice Kaplan -basando el ejemplo en el encuentro No. 9 de la clase propuesta- que los adolescentes (como Michael) están preparados para relaciones sexuales pero no psicológicamente, por lo menos la mayoría. Para comprender esto hay que detenerse, además, a ver hacia el pasado y comparar con el presente, para darse cuenta de que hay un desarrollo precoz en la sexualidad de los niños, los adolescentes y los jóvenes, siendo esto un detonante en situaciones como embarazos no deseados y/o tempranos, enfermedades de transmisión sexual, desórdenes afectivos y emocionales, etcétera.

“¿Inducirían los padres a sus hijos a "hacer pruebas y cometer errores" en el ámbito de las relaciones sexuales? Algunos progenitores han asumido en plenitud y con entereza una visión amplia y honesta de la sexualidad, pero sabemos que para ellos las cosas no son fáciles y que cada apertura y comprensión de los motivos y deseos de sus hijos, les representan muchos días de inquietud y duda”, se sugiere desde la academia, según Kaplan.

Así, al final de la película, se sugiere un momento de interacción entre Michael, ya con una adultez avanzada, y su hija, justo cuando visitan la tumba de Hanna. Este momento se constituye como algo que tal vez nunca se tuvo cuando él estaba en su etapa de pubertad. Le advierte que cosas como las que él vivió no son las correctas. Con esto se genera un buen antecedente para el crecimiento de esta joven.