martes, 15 de febrero de 2011

¡Enhorabuena, Cortolima!

HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ


- Debo y quiero corresponder con mis agradecimientos hacia esta, una gran calidad de entidad con que, sé, cuenta el Departamento.


Estoy muy seguro de que muchos al igual que yo, el día de ayer, se sintieron orgullosos de pertenecer, haber pertenecido, o, por qué no, gozar de algún tipo de vinculación, cercanía o

afecto con una entidad ambiental tan resistente como la que ahora y siempre ha sido la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima.


Y no son estos comentarios escuetos, con somera palabrería o con ganas de sumarme hipócritamente a la celebración en la que coincidieron gratamente dos eventualidades claves para la trayectoria de esta CAR: los 30 años de fundación y el otorgamiento de las certificaciones ISO 14001, de Gestión Ambiental, y OHSAS 18001, de Seguridad Industrial y Salud Ocupacional.

Estas palabras son emanadas del corazón, que late con emoción cada vez que recuerda que este servidor hizo parte de una de las entidades con más poder en el medio ambiente en el país, pero, también, con una gran proyección y unas grandes metas forjadas, así como, al igual, un excelente equipo humano que se esmera por hacer pública una sonrisa o una mirada atenta ante los problemas de la comunidad.


No es más sino recordar toda esa experiencia que me rodeó durante ese largo año; periodo en que, como pasante en la Oficina de Comunicaciones, estuve al tanto de una serie de acciones emprendidas de una manera férrea por su directora general, Carmen Sofía Bonilla Martínez, quien se ha caracterizado por impartir un mandato humano, dedicado, y lejano de cualquier despotismo o irracionalidad en su ejecución.


Fue un año en que, también, me di cuenta de todo ese largo proceso que debe asumir cada funcionario, cada subdirección de la Corporación, para ganarse el mérito de las certificaciones de calidad, asunto que no es nada fácil, y que requiere, de verdad, del compromiso de todos. Y los resultados saltan a la vista con dos antecedentes claros y de gran peso para la historia: enero 29 de 2010 y febrero 14 de 2011.


Recordar viejos tiempos, saludando amigos y compañeros de siempre, en ese cálido ágape, amenizado por la Orquesta Infantil y Juvenil Santa Cecilia, sirvió para darme cuenta de lo importante que ha sido esa unión que, durante tanto tiempo, se ha emprendido como una familia que ha salido adelante ante los embates y, más aún, ante tanta tragedia que ha debido soportar el Departamento a raíz de las más impredecibles catástrofes naturales.


Por toda la experiencia vivida y por la trascendencia que tiene para el medio ambiente del Departamento llegar a tres décadas de existencia y tener en su haber otras dos importantes certificaciones, debo y quiero corresponder con mis agradecimientos y, sobre todo, hacia esta, una gran calidad de entidad con que, sé, cuenta el Departamento, sin dejar en el tintero todo ese trabajo tan dedicado que se ha convertido en estas importantes consecuciones. ¡Enhorabuena, Cortolima!


Bien cabe resaltar las palabras del representante del Consejo Directivo Gonzalo Sarmiento, uno de los que tomó la vocería en el acto, quien, en medio de su discurso, pidió “no transferir los asuntos de la Corporación a luchas políticas”. Es lo más correcto y sensato que se puede decir en esta coyuntura.